Existen todo tipo razones para no poder dormir, el insomnio se ha vuelto mi mejor amigo desde hace ya un tiempo. Sucede porque es por las noches, cuando todo tipo de pensamientos me habitan, me desconciertan, ¡me invaden! Y no me dejan dormir. Algunos me hacen llorar, otros me hacen reír y algunos otros simplemente me hacen pensar… en imposibles, la cual al parecer, ya es mi forma “favorita”. Afortunadamente uno está completamente a salvo de todo, no hay lugar más confortable que tu propia mente retorcida y mejor aún, en la tierna oscuridad con la que te abraza el cielo nocturno. Puedo darme el privilegio de pensar en tantas cosas, teniendo la seguridad de que nadie va a enterarse, y esa, para mi, es la mejor definición de "secreto".
Yo no cambiaría por nada mis pensamientos, bastante trabajo me cuesta ya el compartirlos, pero últimamente, han estado tan distraídos y alborotados, que es cuando me obligan a escribir (cada quien con su forma de liberarse de sus demonios).
Una de las cosas que más me llama la atención por ahora, es la manera en la que los pensamientos son tan poderosos que es casi imposible lograr salir de ese envolvedor mundo, cuando te atrapan, no hay más que sucumbir; el cómo además cada quien tiene un completo desorden tal vez bien organizado, ya que uno piensa en una cosa y luego en otra y en otra, así hasta tener un florido infinito entrelazado que termina conectando el principio con el fin. Y el cómo puede haber “alguien” que haga colisionar todos tus mundos, es lo que más me divierte y me asusta ¿Cómo puede ser que una sola persona, se adueñe de cada flor que integra tu jardín? No logro explicarme como estando alguien con sus propias ideas, de pronto es invadido/a por “un ser” que llega y las ocupa todas.
Empiezas a pensar en la manera en la que dicha persona existe, en como con solo verla te hace sonreír, después piensas en las interacciones que tienen, y los sentidos empieza a alterarse, piensas en el tono de su voz, en la estupidez de sus chistes, en la manera en la que arregla su cabello, reproduces repetidas veces la imagen de cómo sus labios se mueven tiernamente mientras te habla, tu mente guarda fotos de esa persona en sus diferentes perfiles, las procesa todas y ahí lo tienes, la más bella obra de arte solo para ti. No sé porque, pero mi parte favorita es cuando comienzas a recordar la manera en que te mira, la manera en que el más bello túnel de conexión (la mirada) se forma, donde las dos almas se reúnen y comienzan a sonreírse.
Yo podría pasar horas pérdida en la mirada de cierta persona, tratando de entender cómo funciona su mundo, como ha llegado a ser lo qué es, como es que la vida tiene sentido para él, ¡cómo es que sus mundos explotan! Si hacen tanto ruido como los míos, o si son pacíficos como los de la luna. Quisiera explorar su mente a través de su mirada… quisiera que me explicara cómo se creó la vida, y yo le explicaría como es que hace que (de momento) la mía tenga sentido. Quisiera que a miradas me enseñara a crear el efecto que él me produce a mí. Quisiera que a miradas entendiera mi forma de ver la vida y tomándome de la mano, me explicara que cada una de las decisiones que he tomado y los caminos que he andado han sido los correctos. Quisiera que con miradas hiciéramos poesía, con gestos historias y con palabras… amor.
Quisiera tantas cosas, pero la vida no puede cumplir todos los deseos... así que de pronto bajo de mi nube, vuelvo a poner los pies en la tierra y recuerdo que estoy sola en mi habitación, perdida en la ausencia de luz y color, pensando en imposibles… otra vez.
ERIKA TRINIDAD.