Comentario por: ERIKA YANET MEDINA TRINIDAD del cuento: YZUR
Una de las razones por la cual el hombre se dice superior a las demás especies, resulta ser que él pudo ser capaz de tener grandes ideas y de transmitirlas a los demás. Su evolución lo llevó a la adopción de un lenguaje articulado, el cual es la herramienta por excelencia para la comunicación entre seres humanos; es así como desde que el hombre entabló un habla, se colocó la corona de "especie mejor desarrollada"
Pero... ¿Y si los animales, en un ejemplo inmediato y cercano: los monos, pudieran hablar también, pero no lo hacen porque no quieren que los hagan trabajar?
Leopoldo Lugones nos presenta una narración bastante interesante que trata de dar respuesta a esa interrogante.
Su cuento "YZUR" está narrado en primera persona, dicho narrador empieza por contarnos que consiguió un mono en la barata de un circo que había quebrado. Prosigue por revelar la hipótesis del por qué los monos no hablan, la cual explica mencionando que en tiempos pasados los humanos sufrieron una involución, misma que los llevó a dejar de hablar y por consecuencia a que sus órganos fonadores se dañaran. Más tarde, el narrador nos revela sus esperanzas hacia el hecho de que a su nuevo animal se le pudiera estimular para que lograra hablar. Es así como a través de buenas técnicas, de verdad pone todo su empeño por enseñar. El mono tenía ciertas dificultades pero seguía sin haber razón científica para que no pudiera hablar. En un momento de desesperación ante los resultados no satisfactorios, el narrador relata que golpeó al pobre animal y éste cayó enfermo. A pesar de los cuidados, no se podría salvar; pero algo fantástico ocurrió: el mono pronunció las siguientes palabras: "Amo, agua, amo, mi amo..." y murió, sin nadie más que el narrador como testigo.
Es bien sabido que todos tienen un lenguaje para comunicarse con los de su especie, y si a lo anterior le agregamos que compartimos fisonomías similares a las de algunos animales, al igual que en el cuento de Leopoldo, no descantaría la idea de que se pudiera llegar a un equilibrio entre especies por medio del maravilloso lenguaje.
Tal vez es cierto que los animales no hablan porque no quieren, la pregunta entonces ahora sería ¿por qué? Además de no querer trabajar, me parece que también podría deberse a las consecuencias que pudieran traerles consigo; tal vez se han dado cuenta de que los seres humanos se complican con monotonías e insatisfacciones, y sobre todo, con su egoísmo, ese que los hace superiores e inferiores al mismo tiempo, que los hace ser una especie desarrollada y compleja, que los ciega al ver que en este mundo, todos cumplimos con funciones específicas que nos deberían tener en un mismo nivel, sin superiores ni inferiores, sólo seres vivos.
Imagen extraída de: https://www.google.com.mx/search?q=yzur&espv=2&biw=1034&bih=619&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMI5cbdmObZyAIVw3kmCh2AnAxM#imgrc=54vDq1qUpcLadM%3A
Una de las razones por la cual el hombre se dice superior a las demás especies, resulta ser que él pudo ser capaz de tener grandes ideas y de transmitirlas a los demás. Su evolución lo llevó a la adopción de un lenguaje articulado, el cual es la herramienta por excelencia para la comunicación entre seres humanos; es así como desde que el hombre entabló un habla, se colocó la corona de "especie mejor desarrollada"
Pero... ¿Y si los animales, en un ejemplo inmediato y cercano: los monos, pudieran hablar también, pero no lo hacen porque no quieren que los hagan trabajar?
Leopoldo Lugones nos presenta una narración bastante interesante que trata de dar respuesta a esa interrogante.
Su cuento "YZUR" está narrado en primera persona, dicho narrador empieza por contarnos que consiguió un mono en la barata de un circo que había quebrado. Prosigue por revelar la hipótesis del por qué los monos no hablan, la cual explica mencionando que en tiempos pasados los humanos sufrieron una involución, misma que los llevó a dejar de hablar y por consecuencia a que sus órganos fonadores se dañaran. Más tarde, el narrador nos revela sus esperanzas hacia el hecho de que a su nuevo animal se le pudiera estimular para que lograra hablar. Es así como a través de buenas técnicas, de verdad pone todo su empeño por enseñar. El mono tenía ciertas dificultades pero seguía sin haber razón científica para que no pudiera hablar. En un momento de desesperación ante los resultados no satisfactorios, el narrador relata que golpeó al pobre animal y éste cayó enfermo. A pesar de los cuidados, no se podría salvar; pero algo fantástico ocurrió: el mono pronunció las siguientes palabras: "Amo, agua, amo, mi amo..." y murió, sin nadie más que el narrador como testigo.
https://www.google.com.mx/search?q=yzur&espv=2&biw=1034&bih=619&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0CAYQ_AUoAWoVChMI5cbdmObZyAIVw3kmCh2AnAxM#imgrc=sNaKF67W8UNkVM%3A
Es bien sabido que todos tienen un lenguaje para comunicarse con los de su especie, y si a lo anterior le agregamos que compartimos fisonomías similares a las de algunos animales, al igual que en el cuento de Leopoldo, no descantaría la idea de que se pudiera llegar a un equilibrio entre especies por medio del maravilloso lenguaje.
Tal vez es cierto que los animales no hablan porque no quieren, la pregunta entonces ahora sería ¿por qué? Además de no querer trabajar, me parece que también podría deberse a las consecuencias que pudieran traerles consigo; tal vez se han dado cuenta de que los seres humanos se complican con monotonías e insatisfacciones, y sobre todo, con su egoísmo, ese que los hace superiores e inferiores al mismo tiempo, que los hace ser una especie desarrollada y compleja, que los ciega al ver que en este mundo, todos cumplimos con funciones específicas que nos deberían tener en un mismo nivel, sin superiores ni inferiores, sólo seres vivos.
Al leer tu entrada me parece que el cuento es interesante y más interesante el planteamiento de que tal vez los animales pueden hablar pero simplemente no quieren hacerlo
ResponderEliminarAl leer tu entrada me parece que el cuento es interesante y más interesante el planteamiento de que tal vez los animales pueden hablar pero simplemente no quieren hacerlo
ResponderEliminarMe pareció un cuento muy triste por el maltrato pero también muy interesante ;)
ResponderEliminarResulta muy triste el cuento pero con una gran reflexión, ese cuento debe ser muy fuerte.
ResponderEliminarEs interesante como denotas tu preocupación por el egocentrismo del hombre ante la raza animal, sin duda el cuento provocó en ti un sentimiento de busqueda del cuidado hacia los animales, tal vez ese no era el objetivo del autor pero lo importante fue que llegó a mover tus esquemas y a envolverte en él. Yo que leí este cuento también, puedo decirte que me gusto tu comentario.
ResponderEliminarYo pienso que es un cuento super triste en sentido de la manera en que trata al chimpancé y me parece que es una muestra de como las personas pueden dejar atras su humanidad por seguir sus obsesiones.
ResponderEliminarSin duda, el cuento es muy triste, me gusta la manera de explicar el cuento, es claro y sencillo.
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